Mon Oncle es una película del director francés Jacques Tati, donde a través de la divertida historia de un tío y su sobrino vemos como la Francia de la post-guerra se adapta al mundo moderno.
El Sr. Hulot (Jacques Tati), que vive en una casa muy modesta de un barrio humilde, va a visitar a su sobrino (Alain Bécourt) que vive con sus padres (Jean-Pierre Zola y Adrienne Servantie) en un hogar ultramoderno. El padre del niño ocupa un alto cargo en una fábrica de plástico. La casa es fría, al contrario que la casa de Monsieur Hulot, que se siente incómodo. Su sobrino no es feliz, porque se le prohíbe que traiga a casa a los amigos, porque podrían romper algo. El Sr. Hulot intentará que mejore esa situación.
Fuente: “Mi tío.” Wikipedia, La enciclopedia libre.
Casa del Sr. Hulot
Villa Arpel
Mon Oncle (1958)
Dirección: Jacques Tati Guion: Jacques Tati, Jacques Lagrange, Jean L’Hôte Música: Franck Barcellini, Alain Romans Fotografía: Jean Bourgoin Reparto: Jacques Tati, Jean-Pierre Zola, Adrienne Servantie, Lucien Frégis, Betty Schneider, Jean-François Martial Productora: Gaumont, Specta Films, Gray-Film, Alter Films
La arquitectura de Mon Oncle es otra de los protagonistas en esta película.
Durante la duración de la película podemos ver como el director utiliza la arquitectura moderna para generarnos una sensación de inquietud, cuando nos encontramos en los espacios inspirados por Le Corbusier, Jacques Tati toma la decision de no añadir musica a la escena, dejándonos solamente con el poco dialogo y los sonidos casi robóticos de las edificaciones. Esto nos da una sensación de que el espacio está vacío, que le falta vida. Este ultimo punto se vuelve incluso más prominente cuando al terminar una escena ambientada en lo moderno, volvemos al tradicional lugar donde vive el entrañable tío. Con calles llenas de personajes, de ruido, de niños corriendo y perros ladrando… Pero lo más importante de todo es que vuelve la musica, y esta vez es musica alegre que nos recuerda a francia, no esa tonada casi americana que suena cuando nos muestran la ciudad moderna.
Esta claro que esta cinta es una critica al movimiento moderno de parte del autor, pero no en el sentido de llamarlo malo o inadecuado, sino de llamarlo extraño. Y es que si nos contextualizamos en la época tiene razón de ser.
Acabando la Segunda Guerra Mundial había mucho que reconstruir, y un sector de la sociedad un poco desconfiado del pasado, vio esta oportunidad para dar el gran paso a la arquitectura que había comenzado con la Villa Savoye, la Bauhaus y con la industrialización, que se había visto pausada.
Este es uno de los momentos que más marcó la idea principal de esta película, aquí vemos al Sr. Hulot colocando en su lugar uno de los ladrillos caídos del muro, pero como podemos ver, dicho muro esta totalmente destruido y no tiene reparación, aun así, el personaje coloca el ladrillo y se va. La toma acaba con el Sr. Hulot desapareciendo rápidamente en la distancia y nos deja el muro caído frente a los imponentes edificios modernos.